¿Por qué adiestrar a tu perro?
Algunas personas piensan que un perro descontrolado, un perro sin ningún tipo de reglas ni limitaciones es más feliz que aquel que tiene que estar siempre pendiente de su dueño, esperando órdenes. Parece una idea sencilla, pero esas personas no se han parado a pensar lo que siente realmente su perro.
Aunque a veces nos cueste aceptarlo, un perro no es una persona, es un perro. Los perros son animales gregarios cooperativos, en su estado natural viven en manadas. Esto es algo que llevan grabado en su instinto desde hace millones de años. En estas manadas hay un líder, quien marca las reglas y las limitaciones, y todos los demás son seguidores. ¿Piensas que alguno de ellos no es feliz? Todos son plenamente felices.
Al igual que nosotros tendemos a ver y tratar a nuestros perros como si fueran personas, ellos tienden a vernos a nosotros como miembros de su manada de perros.
Si yo no le marco a mi perro unas reglas y unas limitaciones, él entiende que no soy un buen líder que pueda proteger y mantener a la manada, por tanto concluye que debe ser él quien adopte esa postura y marque las normas, y así lo intenta. Y aquí es donde dejamos de tener un perro feliz.
Imagina la frustración de mi perro, que necesita un líder a quien seguir y no lo tiene, y cuando entiende que debe ser él quien adopte esa postura, yo, que debería ser ahora su seguidor, no le entiendo y lo encierro en una jaula. Entonces él, como líder alejado de su manada, siente que ésta está desprotegida, llevando al límite su estrés y frustración. Esto desata más problemas.
Imagina el estrés permanente de un perro que no puede ser seguidor porque nadie está actuando como líder, generalmente porque no sabemos comunicarnos y no comprende lo que pretendemos de él. Pero tampoco puede liderar la manada porque no lo aceptamos como líder, Por eso cuando nos vamos de casa destroza el sofá, su manada está fuera desprotegida mientras él está encerrado.
Lógicamente mi perro no puede ser el líder en casa ni fuera de ella, así que simplemente hay que dejarle ser seguidor y sentirse útil agradando a su líder. Así conseguiremos un perro plenamente feliz y equilibrado, y sobre todo, la satisfacción de toda la familia.
